En la Playa de Sant Pol, en pleno corazón de la Costa Brava, el atardecer se convierte en un espectáculo celestial. Los últimos rayos del sol tiñen el cielo de tonos dorados y violetas, mientras el suave murmullo de las olas acompaña el momento.
Es en este escenario mágico donde Sere y Héctor se convierten en protagonistas, dejando que la luz del ocaso envuelva su conexión en una danza de colores y emociones.
Esta sesión captura mucho más que imágenes: es un viaje a la esencia misma del amor y la naturaleza. Entre risas, miradas y abrazos frente al horizonte infinito, cada instante se convierte en poesía visual, en un recuerdo que quedará grabado tanto en sus corazones como en cada fotografía.