Hay historias de amor que parecen sacadas de una película, encuentros que desafían la distancia y el tiempo para unir a dos almas que estaban destinadas a encontrarse. Esta sesión de fotos en los impresionantes arrozales de Jatiluwih, en Bali, captura precisamente eso: un amor que floreció contra todo pronóstico, en un rincón del mundo donde la naturaleza y la cultura se entrelazan en perfecta armonía.
Ayu y Álvaro, se conocieron en un viaje, en un cruce de caminos donde la casualidad y la magia se aliaron para unir sus vidas. Lo que comenzó como una coincidencia pronto se convirtió en un lazo irrompible, demostrando que cuando el destino actúa, la distancia no es un obstáculo, sino solo una prueba más en el camino hacia el amor verdadero.
En esta sesión, decidimos rendir homenaje a la riqueza cultural de Bali, incorporando elementos tradicionales en su vestimenta: el kebaya y el sarong, que resaltan la elegancia y la conexión con la tierra que los rodea. Los arrozales en terrazas de Jatiluwih, con su verdor infinito y su serenidad, proporcionaron el escenario perfecto para reflejar la profundidad de su amor.
Cada imagen cuenta una historia: el caminar juntos de la mano, el compartir una mirada de complicidad, el gesto de amor reflejado en un simple apretón de manos con anillos que simbolizan su unión. Son detalles que trascienden el tiempo y que nos recuerdan que el amor, cuando es real, no entiende de fronteras ni distancias.
Esta sesión no es solo un reflejo de su amor, sino también de la belleza de los encuentros inesperados, de esos momentos en los que la vida nos sorprende con regalos invaluables. En cada fotografía se siente la esencia de una historia que nació en un viaje y que, sin duda, continuará recorriendo el mundo con la misma intensidad con la que comenzó.